dirigirte hacia tu adolescente. Es un tiempo para involucramiento, interacción, discusión y una relación con compromiso. No es un tiempo para dejar que un adolescente esconda sus dudas, temores, y fracasos, sino un tiempo de propósito, amor, ánimo, enseñanza, perdón, confesión y aceptación. Es un tiempo maravilloso. Ahora que estoy escribiendo este libro, mi esposa y yo tenemos tres adolescentes. Nunca antes habíamos tenido más convencimiento de nuestro llamamiento. Hemos reído, llorado, discutido
Page 12